
A mares.
Vamos que realmente te dan ganas de coger el patito de goma y enganchártelo a la cintura, "porsiaca" no más.
La verdad es que esta vez me han pillado desprevenida después de varios fines de semana en los que el hombre/mujer del tiempo no daban ni una (Erkie, ¿cómo se llama él de "va a estar soleado sin sol"?, que ese sí que es diplomático). Pero me levanto por la mañana y el ruidillo de lluvia en el alfeizar no engaña. ¿Dónde he guardado los paraguas? ¿Estoy segura de que tenía más de uno? ¿Me lo he vuelto a dejar en el trabajo y ahora tendré que ir con traje y el columbia -muy apropiado, me faltarían los calcetines blancos con los tacones-?
Y es que la lluvia es muy bonita, muy bucólica, muy poética y lo que se quiera, pero tiene un problema: moja.
Otra cosa son los daños colaterales: los zapatos que se terminan calando y llevas los pies encharcaitos, los pantalones que se empapan y se pegan a las piernas (que sensación de frío),las gafas que se empañan en cuanto entras en un autobús-metro-tren (de esta no me quejo mucho porque esta mañana no creo que mucha gente se diese cuenta de que iba dormida jejeje, espero no haber dado ningún ronquido), los atascos, los cristales de las ventanas que se ensucian, la falsa promesa de que las alergías mejoraran, etc etc etc.
Me gusta que llueva y haciendo mía una canción de The Jesus and Mary Chain": "Happy when it rains" (que también vale por el título la de Garbage).
Que siga lloviendo pero que lleve mis katiuskas puestas.
Besostes con chubasquero!