Al final me despertaron

Domingo por la mañana, o eso creo. Un soniquete conocido que me hace despegar las legañas y abrir un ojo: ¡Perrea, perrea! Y continúa la musiquita. Conste que me hace gracia el Chikilicuatre, pero a las 10 de la mañana de un domingo, ¡no hijo, no!

Me estaba acordando de los santísimos padres del vecino de arriba, cuando al abrir la ventana me encuentro que no, que el tío que tiene el micrófono y se desgañita animando a la gente que está participando en la "no sé qué Marcha por la Salud", no es mi vecino. Y lo peor, es que esto se repite todos los años. El primer domingo de junio, fiestorro voceril y nunca me acuerdo.

Con este es el 3º año consecutivo que me despierta. Peor fué el primero, que venía de una noche muy larga y de acostarme muy tarde; y las 10, como un reloj me despertó ¬¬. si hubiese tenido ánimo para vestirme y salir a la calle le hubiese hecho tragar el micrófono. Preferí coger el edredón y mis almohadas y emigrar a la bañera (hasta en la cocina se podía oir al energúmeno).

Además este año me ha dejado una preciosa estampa, los coches aparcando por encima del parquecito que tenemos en frente y que el mismísimo viernes habían estado arreglando y poniendo bonitos. En fin demasiado.

Pero que conste que el año que viene no me pillan. Ya tengo apuntada la fecha en la agenda y con alarma para avisarme de cuando empieza el periodo para emigrar transitoriamente a dormir plácidamente a casa de mi madre. ¡El año que viene no me pillan! Muahahahahahahahaha