Me dá un poco de miedo el llegar a entender cuando mi madre me decía: "Hija, ¡a ver cuando te largas de casa!". Poco amable, pero realista. Y es que aunque logré emanciparme antes de los 30, soportarme debió de ser duro.
Bien, desde hace unas semanas, por donde vivo nos vemos acosados por una plaga de orugas. IUGGGGGG! Mira que le tengo asco a pocos bichejos, pero las orugas es uno de los que me superan (aunque no siento ningún tipo de resquemor en aplastarlas). Pues arrastrándose por las paredes han logrados llegar hasta las ventanas de mi casa -que las mu'zorras me han puesto perdidas-, y de un día para otro ví como unas cuantas cansadas del viaje decidieron acomodarse en las afueras de mis condominios.
No fué agradable encontrarmelas, tampoco realizar el proceso selectivo... ¡las sobrantes a la puta calle! Y solo me dejé que se quedase esta pequeñaja:
Asi que a la que me descuidé montó un campamento ilegal y ahora tengo un inquilino no deseado. Y podría desahuciarla en un pis-pas, pero me puede la curiosidad. El aspecto que tiene ahora el monstruito es este:
No resulta muy amenazadora que digamos, pero quien sabe qe va a salir de hay... Y últimamente se mueve -tiroriro-tiroriro-. Veanla en pleno espasmo (o tal vez dentro de la casa tenga wifi, que por supuesto me estará quitando a mi la muy pirata, y esté viendo una maraton de videos de Shakira, ¿qui lo sa?), el caso es que se mueve sobre todo si la das golpecitos, jejejejeje.
Ahora mismo no sé si adoptarla, si denunciarla por impago de alquiler o si gritarle a ver si se entera: ¡que se largue de una vez o por lo menos de ocupe de limpiarle el polvo a la ventana que la aloja!
PD: Cuando el monstruo que tengo ahí salga y si logro tomar una afoto, pondré el testimonio fotográfico.