No estaba guardando esta entrada para este día en especial, son estas coincidencias cósmicas que hacen que hoy Día del Padre sea fiestuki y me siente a escribir en el blog, que ya me vale.
Y es que los padres hoy están de suerte: que si poemas, que si corazoncitos hechos con macarrones y garbanzos, que si corbatas, que si colonias... ¡la juerga father! Pero también se lo han tenido que currar.
Uno de mis vecinos (no se ubicarlo exactamente pero vamos creo que las voces vienen de arriba) ha estrenado hace poco hijo. No creo que tenga ni un mes y medio y se le nota la...ummmm.... digamosle inexperiencia (aunque la palabra que primero me ha venido a la cabeza es ineptitud, pero el lo intenta con todas sus fuerzas).
Por la noche le toca a él dormir al nene, y creedme, se lo pone muy difícil. Berrea con muchas-muchas-muchas ganas. Pero es que aún no tiene la estrategia ganadora:
- Ha probado la técnica "Supernany": le ha dejado llorar y llorar en la cuna, porque ya se le pasará. Entra un momento le dice "estoy aquí no pasa nada" y vuelve a irse. Y el niño sigue llorando.
- Intenta cogerle con cariño y mecerlo por la habitación (a los 5 minutos el paso se le nota inquieto). Y el niño sigue llorando.
- Le canta dulces nanas: "duermete, duermete, pequeño hijo de p$$"!$ta...". Y el niño sigue llorando, y su mujer le pregunta que "¿Qué cohones le estás cantando al bebé?"... "Pero si no se entera churri".
- Intenta cogerle con cariño y agitarlo levemente, cual martini no-válido-para-James-Bond. Y el niño se mosquea y sigue llorando.
- Aplica algún tipo de teoría psicológica y le dá sustos (este no ha entendido que no tiene hipo). El niño sigue llorando y empieza a surgir en su cabecita la idea de que su padre es en realidad el hombre del saco.
- Intenta cogerle con cariño y se lo lleva a dar un rulo por la casa. El niño se aburre porque ya ha hecho turismo por ella muchas noches y por su puesto, sigue llorando.
- Hastiado directamente imita sus berridos (yo creo que delante de su cara), como recochineándose "¡A qué jode!". El niño llega a su limite y casi le dá un síncope de tanto que está llorando.
...Llegados a este punto la madre interviene diciéndole el típico "¡Déjame a mi!"; he de aclarar que dependiendo de la noche, esto puede suceder mucho antes de que el padre llore a coro con su hijo.
Si, realmente tenemos que regalarles muchas colonias y tarjetitas de garbanzos. Al menos mi vecino se lo ha ganado a pulso.
Besostes a todos los papis, y al resto, ¡también!
jueves, 19 de marzo de 2009
Cuidado que viene papá
Publicado por
Aoki
en
11:48
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Etiquetas:
dedicated,
situaciones
4 comentarios:
¡¡¡jajajajajaja!!!
Pobre hombre, pobrete. Yo tuve mucha suerte con mi hermano pequeño (que nació cuando yo tenía 15 años e hice de madre sustituta), porque era darle de comer y se dormía enseguida. Pero alguna vez me tocó ocuparme de mis primos y creo que salvo el llorar yo también intenté todas esas técnicas.
Y sí, se merece un premio el hombre... porque todavía no ha optado por tirarse por la ventana :p
Besotes.
Yo la verdad agradezco no tener toldo, por si le da por lanzarse y encima me lo destroza.
Lo mejor es que si cantase un poco mejor me podría arrullar a mí también y de paso me dormía.
Besostes wapa!!!
Jajajajaja...
Cuando en un futuro nos toque a Hideo y a mi...ya te contaré, porque si el niñ@ sale como era yo de bebé, Diós nos coja confesados !!
Besos !!!
Nuria, si tienes un bebe será una monada... aunque llore tanto como mi pequeño vecino T.T
Besostes!!
PD: ¿qué pasa el 15 de mayo? Aisss, que intriga....
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