Rompiendo los huevos

Las vacaciones se han acabado, al menos para mí, hasta casi el año que viene. Pero para no desanimarme demasiado siempre queda mirar las fotos para recordarme todas las cosas que he podido hacer durante estas semanas, que si lo pienso no han sido pocas y además hasta me ha dado tiempo para vaguear alegremente en el sofá.

Entre ellas, me quedo con la cena en El Almendro 13, uno de mis sitios favoritos para tapear en Madrid. Casi me dió un pasmo cuando pensé que lo habían cerrado, pero falsa alarma, es que me había equivocado de esquina(jejeje).

El local es pequeñajo como el sólo para toda la gente que vá; menos mal que fuimos a primera hora de la tarde y pudimos coger sitio porque a la media hora no quedaba nada vacio. Y una vez allí lo mejor que se pueden pedir son: huevos rotos.

Con sus patatitas fritas, su jamoncito salteado por encima, su aceitito.... aiss, ¡que hambre me dá recordarlo!

Te clavan por la bebida, pero por el plataco de patatas y huevos preparados en el momento, no me parecen mal los 8 € que pagamos. Además ¡¡están buenísimos!! (se saborean mejor cuando el estómago no te centrifuga la comida y está en buenas condiciones).

Lo acompañamos de unas cañitas y pipirrana, que parece una sopa de ensalada y que gracias a mi indisposición estomacal, apenas pude disfrutar. Pero volveré y entonces te enterarás muahahaha.

Si os pasáis por aquí no os olvideis de visitarlo, que es fácil recordar la dirección. Como su nombre indica, está en la calle Almendro, nº. 13. Por referencia de otras personas, su salmorejo también está de vicio; y por referencia propia, las roscas también lo están.

Besostes rotos con patatucas fritas!!

PD: perdón por la calidad de las fotos, pero el móvil flashea demasiado y parece que la comida tiene halo XDD.